Guía de tanzanitas

El color de una gema es a menudo el factor más importante para determinar su valor. La tanzanita azul es más escasa y más valiosa que la violeta o la morada, pero muchas personas prefieren las gemas con matices violáceos más claros.

La talla de una gema es lo que le aporta simetría y exhibe el color y el brillo de la piedra. Como la tanzanita es una gema pleocroica, la talla juega un papel muy importante para que el color tome relevancia en la gema acabada.

La pureza de una gema se determina por las inclusiones que tiene la piedra, como burbujas de gas, fracturas o pequeños cristales. La mayoría de las tanzanitas tienen inclusiones que solo son visibles con aumento y cualquier inclusión visible a simple vista puede causar una disminución de su precio, pero no necesariamente quitarle belleza a la piedra. ¡Las inclusiones no siempre son algo malo! Las tanzanitas rara vez contienen inclusiones que crean chatoyance de ojo de gato, un fenómeno donde la luz se refleja en las inclusiones y produce un haz luminiscente similar al ojo de un gato.

Los diamantes son medidos y valuados según su peso en quilates, pero el tamaño de una gema se mide por su diámetro en milímetros. El tamaño de la tanzanita influye en su color; las piezas de tanzanita más grandes tienen un color más exquisito, pero las más pequeñas son más abundantes.

Prácticamente todas las tanzanitas del mercado han sido tratadas con calor para realzar sus matices azules y violetas que las hacen tan preciadas. Los tratamientos con calor son mejoras permanentes y no detectables que no dañan las gemas, sino que las hacen más atractivas.